EDUARDO MAROSTICA
30 años de 6° B “corazón”
Es lunes, pero es como un domingo. La ciudad está desperezándose, de a poco.
La luz, cada vez más temprana, del amanecer me despertó. Mientras me preparo el desayuno, voy componiendo mi escritorio, como las misas en la “María Auxiliadora”, donde cada cosa tenía una razón de estar, respetando un necesario ritual.
Ya encendí la computadora, (el papel y el lápiz lo dejé hace rato), en el equipo suena ELO, con el inconfundible Jeff Line, tengo el café humeante a mi derecha, el emblemático llavero con la leyenda “6°B 30 AÑOS CSJ 1986-2016”, que entregó minutos antes de iniciar la pretendida contienda futbolística, (pedida con insistencia por el Sapo Gomez) casi como los homenajes que se hacen a ciertos los jugadores por la trayectoria en su equipo. En esta oportunidad el representante de “la Lepra” Pablito Broglia, (a quien injustamente atribuí que detrás de esta movida estaba Maxi, el verdugo del clásico), entregó a cada jugador en el campo de juego, y luego los que estuvimos en el banco de suplentes (más como espectadores); todos, sin excepción recibimos el souvenir aniversario, que bien podría convertirse en nuestro nuevo escapulario, un objeto de culto, que con el tiempo otorgue alguna que otra indulgencia. Bueno, la cuestión numéricamente hablando, es que los “15” que estuvimos, recibimos el llavero de los “’30”.
“¿Vas a escribir la crónica?” Me dijo irónico Fabio, cuando nos despedíamos “No, voy a hacer el resumen”, respondí con la misma moneda. Y acá estoy. Recordando con una media sonrisa por un lado algunas imágenes y voces, y por otro sorprendido por la inconcebible meta que logramos: treinta años. La puta madre. Estamos en la edad en que comprendemos al tango, cuando asegura que veinte años no es nada. Pero nos reconocemos, nos “gastamos”, pero también elogiamos a quienes el paso de estos 360 meses, no ha castigado con tan dura mano. Pero a fin de cuentas, nos alegramos de estar aquí, reunidos y agradecidos de disfrutar de un día “peronista” a pleno sol. La transmisión en vivo del Indio y el Chelo, de las instancias de la final de la Copa Davis, escuchada por todos y acompañada por nuestros comentarios exitistas, dignos de la ciclotimia argentina. ¿Alguien se acuerda de la primera final? Estábamos en primer año, ¡¡por dios!!. La cuestión es que ahora estamos en Andino, en el misma casa donde nos reunimos para celebrar diez años. El lugar es fantástico y el propietario es el suegro del anfitrión, Willy. A diferencia del encuentro referido, en esta oportunidad, la poca señal de los celulares, se erigió como un problema, que en definitiva nos mantuvo lejos de ese fervor tenístico.
La mala espina fue la lluvia acaecida el día anterior, que dejó la secuela de no contar con electricidad en la casa. Había que resolver el problema de la cadena de frío, porque para el postre había helado, sin mencionar las bebidas. No era pavada. Se organizó un equipo para buscar hielo. EL Cabezón recordaba con sorna, cuando en la guerra de Irak, los iraquíes, con bombardeos todos los días, tenían luz en sus casas…“y acá, caen dos gotas y se corta la luz” protestaba. En un momento la alarma de la casa comenzó a sonar, ¡eureka! La luz ha vuelto, y saludamos a la buena estrella y a Juanisto Bosco, que nos guía… “No, agradézcanle a Morbi, aclaró Lopa, que se dio cuenta que el disyuntor estaba cortado”. Nos reímos y comentamos la vigencia de quien nos salvó en la secundaria más de una vez y que como los legendarios scouts, anda con un set donde nunca falta un buscapolo, ¡un fenómeno!
Vale aclarar el éxito de esta convocatoria, que fue iniciada y completada exitosamente por wasap, evidenciando el permanente aggiornamento de la Komizión organizadora, pero como contraparte, debiendo realizar algunas correcciones ante la actitud desafiante de Mario, el ex Enano, quien prefiere pelotudear con cuanto jueguito se le cruza por facebook, pero mostrarse disidente a usar un teléfono con wasap. Otro párrafo refiere la actitud de Kapo, que oscila entre una rebelde ignorancia y un chupahuevismo tecnológico más que llamativo.
Continuará...
25° Aniversario de miércoles.
Edición de plata.
Nada de bodas ni de celebraciones ecuménicas.
El absurdo de algunos titulares representa una normalidad para muchos salesianos, como la inusitada Gira de nuestro patrono en el San Juan Bosco Tour 2009, cuya cartelera luce ostentosa en las alturas de la esquina del edificio que apunta hacia España y Salta.
Sólo se cumplen 25 años desde que cada uno de nosotros decidió tomar un camino, tal vez incierto, y abrirse paso por la vida. Así de simple y de complejo. ¡Como si la vida misma fuera sólo soplar y hacer botellas!, como acostumbra a decir mi viejo.
Reparamos en este detalle no menor de la convocatoria, con matices maritales, mediante el titular de esta crónica que pretende corregir.
NO hay boda. Sólo un aniversario.
Aunque luego de la poco concurrida misa se oficiara una boda con todas las de la ley.
Unos metros más allá se encontraban los muchachos del “A”, los del “C”, los del bachiller, y los de Artes y Oficios o la subtécnica como alguna vez escuché con cierto desdén. También estaban los que cumplían 50 años de haber saludado por última vez los bancos de trabajo y la capilla, en esta enorme manzana de trabajo educador que consiste nuestro imponente Colegio San José (CSJ) devenido en Instituto Técnico (ITSJ). Ellos sí pudieron asistir con su familia. A nosotros no.
-
Y se estila así, Topo, me esgrimía con tono de reproche Pablito Broglia, comensal vecino, que cada vez le brilla más la pelada.
Otro absurdo, pensé, aunque también consideré que podían considerarse otros argumentos, por ejemplo, que la concesión se debiera a meros argumentos provenientes de la estadística dada la edad promedio y las posibilidades de vida de ese grupo. Es decir, que este razonamiento nos obliga a suponer que en los 50 aniversario, haya menos peras en el árbol del encuentro que en los 25. Entonces bienvenida la familia para mitigar la angustia existencial.
Ya en las cercanías de la escuela, al cruzar Salta por calle Roca, observé dos contornos que no podía reconocer, uno compitiendo con la noche y el otro con la vida misma. Un morocho conversando con un señor. Supuse que sería alguien de los 50 años. Para mi sorpresa el negro Cardella mantenía una animada conversación con el Rafa, a quien 5 años después volvía a confundirlo, así como les había sucedido al Cabezón y a Willy. Aunque en esta oportunidad le encontré un aire a Peter Gabriel, versión 2010. Otro tanto a Cardella que cada vez me resulta similar a Rubén Rada
Tal vez uno de los personajes vivos más emblemáticos que se erigieron durante nuestra secundaria fue José Contartese al que encontramos con su inconfundible buzo Adídas azul, casi un uniforme de hecho, a fuerza de perseverancia y mal gusto. A más de una generación de distancia, igual que entonces, con los achaques esperables, pero estoico para celebrar esta fecha, más cerca de parecerse a Bilbo Bolsón que al José que conocimos, lo saludamos. A pesar del descrédito de Willy que ante el agudo y arqueológico hallazgo del Cabezón, discutía con firmeza hasta derrumbarse ante la evidencia del impresentable y buzo escolar.
-
Pasa que está hecho mierda, por eso no lo reconociste, se justificaba el Cabezón con cierto triunfalismo
-
¿Hecho mierda? ¡Está bárbaro! ,
-
¿Qué? ¿Me estás jodiendo ?
-
Y está vivo, ¿no? yo pensaba que estaba muerto … - al cabezón comenzaban a ruborizarse sus orejas.
Seguramente la situación de todos los que estaban allí, excepto la mesa de 6to B Técnica, contase con décadas sin verse los rostros. A decir verdad, el permanente esfuerzo de repatriamiento por parte de la Komisión, deja sus frutos. Prácticamente de los presentes a excepción del Rafa, compartimos una lasagna o una pizza o un asado en más de dos oportunidades, luego de aquel emblemático encuentro del 20 aniversario de nuestro egreso como técnicos.
La mesa de los miércoles es un éxito y no hay miras a que decaiga. A pesar de las intermitencias de muchos de nosotros y la perseverancia de otros, el resultado está a la vista.
En esta oportunidad dijimos presente:
Cafe Andrés, Sapo Gómez, Cabezón Moreno, Lopa, Pilot, Micky, Negro Pucci, Negro Gueraglia, Toti Garau, Kapo, Willy Chieu, Negro Cardella, Rafa, Pablo Broglia, Torreja, Morbi y yo (Topo). Esperábamos mayor asistencia, pero no fue así.
La cena tuvo tanto lujo como una comida de campamento. En comparación la gastronomía de “la abruzzezza” se me antoja como el palacio Versalles. Lo único interesante resultó el servicio de catering, al parecer y por información proveniente de fuentes que pidieron reserva, inauguró un emprendimiento productivo del CANREVOC, con todas las atenciones imaginables. Torreja agradecido …, mejor dicho su pantalón, que probó la salsa del pollo antes que su dueño
-
lo peor es que el mozo en vez de disculparse se te cagaba de risa, argüía insidioso el Sapo
-
Pero qué pedazo ... de mozo ¿dónde aprendieron a servir?
-
Probablemente con un curso a distancia del padre Deraco …
Reparamos en el detalle que en el grupo de mozas no había una como la gente.
- ¿De dónde los sacaron? Insistía Pablito
-
ya te dije …
-
¿Che, pero no hay una que esté buena?
-
Ja, eso será para vos, mirá esta que viene acá, con el celular a lo Larissa Riquelme - la gastronómica cargada de abultadas convexidades, exuberante por donde la mirasen ,venía hacia nuestra mesa. Me pareció advertir un brillo predador en mi amigo, entonces agregué – ¿No está para dispararle un “Nena vos con tantas curvas y yo sin frenos” …?
La austeridad del salón en territorio del bachillerato, parecía franciscano. Café y el Sapo Gómez, conocedores de esas geografías desde los tiempos de la primaria, aseguraron que ese era el salón de judo. Ahí nomás aparecieron algunos recuerdos como aquella maestra que le había pedido al sapo que trajera dos mapas para la prueba. Uno de Argentina y otro de América. El muy chambón se los olvidó y recurrió suplicante a la misericordia de la docente, que al parecer tenía bastantes antecedentes de garca. Sorprendido le permitió que fuera a comprar lo que le faltaba, pero le confió.
-
Comprá el de Argentina, querido – el sapo confundido sonreía feliz y obediente. A los pocos minutos volvía con el mapa político de nuestro país. Cuando todos estaban listos para la prueba les aclaró - Saquen los mapas. Les recuerdo que cada mapa tiene un puntaje máximo. El de América vale 8 puntos y el de Argentina 2 ...
Momento emotivo: ¡Ah! ¡Qué oleada de poesía! Casi un tsunami de rimas y lugares comunes nos invadieron con mínima anticipación. Le confieso a Café al oído.
-
Che, me mató la “emoción comprometida” del amigo Ruiz, el poeta referido y anunciado, egresado de los 50.
-
Je, Topo, mirá cuando vos leas tus palabras a los 50... - me contesta con una sonrisa de dientes completos.
-
Si llegara a escribir algo así mátenme, que parezca un accidente, pero háganlo.
Durante la mesa no faltaron los cuestionamientos acerca de los movimientos tácticos de la política económica en nuestro país y las repercusiones internacionales.
-
Y así está el país – maldecía resignado Torreja
-
¿che van a abrir la exportación? - le pregunté mientras mojaba el pan en la salsa de pollo. Torreja tiene opinión calificada porque viene de China una vez más y nos canta la posta sobre temas de relaciones comerciales bilaterales con el arroceño y amarillo país.
-
Y no sé, a Moreno se le ocurrió esto ahora, que se yo después
-
Ah le podemos preguntar a Lopa – sonreí
-
Che que el negro Pucci que está cerca le pregunte – sugirió Pablito mientras un destello de luz sobre su pelada, encadilaba al resto de los comensales
-
No, evitemos tragedias … mejor.
El Cristinismo de Lopa se respira en cada comentario, como la opinión simétricamente contraria del Negro Pucci. De todas formas cuando Gabriel fue a buscar su merecido diploma lo alentamos
-
¡¡Vamos Lopa!! ¡¡Fuerza Argentina!!
La crudeza del pelado Girardo otrora profesor de física cuya sonrisa y modos amables dejó entrever una persona centrada, agradable y de pensamiento picante. Desarrolló una sutil venganza en cada pelada, que hace 25 años hubiera sido considerada una irrisoria y lejana posibilidad.
-
Vos sí que no estás igual - le disparó al Cabezón una de sus víctimas…
Luego la pasarela del éxito para cada uno luego de sofocarnos ante la insoportable cámara fotográfica del Willy Fromme del Bachillerato, que andaba de acá para allá y no se perdía una. Al final del corredor nos esperaba un cuarteto compuesto por El animador, seguramente un chupa cirio (que imaginamos que podía ser Tebay hipótesis refutada minutos después), el pelado Girardo, José Contartese, un cura (que había oficiado la misa), y un manfloro que luego me confirmaron que era el reiterativo “Nacho” encargado de enviar los innumerables mail, del Centro de Ex Alumnos. El máximo responsable de que el Toba Iadanza no llegara a pesar de sus esfuerzos y sus puteadas.
Imaginamos la extraña posibilidad de que una reproducción del cura Cámpora o del curvilíneo Prieto, nos acompañara en tan importante evento, tal vez desde el silencio de un ya acostumbrado embalsamamiento o una réplica a escala, como las publicidades que nos tiene acostumbrada la familia salesiana.
Poco a poco fueron amontonándose, sobre el extremo de la mesa, los diplomas. En un tiro, observo que a Pablito le escribieron mal el apellido. Le sugerimos que reclamara el error, pero con una mueca más parecida al 7 de espada nos dejó claro que no le interesaba hacerlo. A decir verdad esperábamos una medalla, algo metálico que grabara a fuego este momento. Pero no, el pijoterismo salesiano primó para elegir un papel acartonado para imprimir el presente veinticoañero.
La cena compartida representaba un desafío de la memoria. Escuchamos atentamente cada nombre de las listas con los nombres de los otros cursos a ver si encotrábamos coincidencias con la fisonomía actual.
Cabezas calvas, cabellos encanecidos. La vida, que a algunos los había demolido y a otros conservado generosa, en un formol envidiable. Todos en medio de un torbellino de memoria y olvido.
Nos encotramos, brindamos y advertimos que el tiempo pasa volando.